King Vidor
Nació el 8 de febrero de 1894 en Galveston, Texas. Su abúelo páterno era originario de Hungría. Su padre fue un rico negociante.
Filma como aficionado documentales publicitarios y noticiarios que, algunas veces vende a firmas especializadas Se instalan en Hollywood donde trabaja de extra, contable, regidor o escribe guiones. Realiza cuatro largometrajes de ficción y el éxito del primero, La vuelta del camino (1919), atrae la atención de los distribuidores. En el año 1920, funda su estudio Vidor Village, donde dirige siete películas, de las que seis tienen como estrella a su mujer Florence Vidor. En 1923 cierra el estudio. Consigue el éxito con El gran desfile (1925) Y el mundo marcha (1928). En ese año llega a París acompañado de su segunda esposa, Eleanor Boardman, para presentar: Y el mundo marcha.
Regresa a Hollywood donde rueda su obra maestra: Aleluya (1929) interpretada totalmente por negros. En el año 1941 se interesa por el estudio de la pintura, necesidad que siente durante el rodaje de Paso al noroeste (1940), su primera película en tecnicolor.
Con An American Romance (1944) realiza su segunda experiencia en color. Entre sus obras destacadas aparecen Duelo al sol (1947), Más allá del bosque (1949) y Pasión bajo la niebla (1952). Se retira y se dedica a la escritura, la pintura y la filosofía. En los años sesenta trabaja en The Milly Story. Se ocupa, también, de The Man Called Cervantes y de una película sobre la fundadora de la Christian Science, Mary Baker Eddy, proyectos todos ellos que no se llevan a cabo. Es profesor en la Universidad del Sur de California y rueda dos cortometrajes experimentales.
Puede ser considerado como el cineasta que mejor ha sabido expresar el amor y la pasión romántica en una pantalla. El amor y la guerra, el esfuerzo individual, el conflicto entre las diversas tendencias que pugnan en el ser humano, la permanente búsqueda de la verdad, son caracteres que explican y describen lo mejor del estilo y personalidad de este extraordinario creador de Hollywood.
A él debemos una serie de obras maestras que han sabido expresar no sólo las complejidades del alma humana sino también la esencia de la sociedad y la cultura del país en el que nació y desarrolló su obra: Estados Unidos.
En 1979, recibe un Oscar por el conjunto de su obra. Falleció el 1 de noviembre de 1982 en Paso Robles, California.
The Fountainhead/ El manantial
Título: The Fountainhead/ El Manantial
Dirección: King Vidor
Produccion: Henry Blanke
Guion: Ayn Rand
Musica: Max Steiner
Fotografia: Robert Burks
Reparto: Gary Cooper(Howard Roark)
Patricia Neal (Dominique Francon)
Raymond Massey (Gail Wynand)
Kent Smith (Peter Keating)
Robert Douglas
Henry Hull
Patricia Neal (Dominique Francon)
Raymond Massey (Gail Wynand)
Kent Smith (Peter Keating)
Robert Douglas
Henry Hull
Pais: Estados Unidos
Genero: Drama
Duracion: 4 min.
Es una película basada en la novela El manantial, de Ayn Rand. Sigue fielmente la trama argumental básica de la novela, aunque, como es lógico, dejando fuera muchas subtramas del libro.Gary Cooper es un arquitecto vanguardista en desigual lucha con el mundo. Su deseo de demostrar tanto su talento como el valor del individuo frente a la masa se mezcla con una tórrida y compleja historia de amor en este atípico melodrama, ejemplarmente rodado por Vidor con toda la pasión y el pulso narrativo que le caracterizan. Impresionante banda sonora de Max Steiner y magníficas interpretaciones para una obra maestra del género, de interés especial para los amantes de la arquitectura -los proyectos de Cooper se parecen sospechosamente a los de Frank Lloyd Wright-.
El guión fue escrito por Ayn Rand, y controlado minuciosamente por ella misma de una forma completamente desacostumbrada en Hollywood, donde los estudios se toman todo tipo de libertades con los guiones originales. En varias ocasiones durante el rodaje, Ayn amenazó con suspender todo el proyecto si el guión sufría la más leve modificación.
Ayn Rand quería que los diseños arquitectónicos que aparecen en la película fuesen hechos por Frank Lloyd Wright, el arquitecto real que inspira parcialmente al arquitecto de ficción, Howard Roark. Lloyd Wright pedía tanto dinero por sus diseños que los estudios vetaron esta posibilidad.
Tanto Gary Cooper como Ayn Rand no quedaron satisfechos con la película. Gary Cooper, quizás ya demasiado mayor para un papel que en libro corresponde a un hombre joven, pronunció el famoso discurso final sin entenderlo realmente, cosa que se nota en la entonación y el énfasis. Incluso se disculpó ante Ayn Rand y le ofreció volver a rodar la escena, oferta que Ayn rechazó. Ayn Rand tuvo que luchar mucho para mantener la integridad del guión, y aún así tampoco quedó satisfecha con la película, llegando a afirmar que lo único bueno que tenía era que conseguiría nuevos lectores para la novela.