Un film de excelente corte filosófico que hace referencia al fanatismo religioso y el rechazo a todo lo “diferente”. Nos hace cuestionarnos hasta dónde se es capaz de llegar por defender una idea, aunque esta sea buena en esencia, y cómo la justicia está manchada de sangre.
Es increíble cómo puede aplicarse a prácticamente todo. Al verla por segunda vez me sorprendió como va de la mano con todo lo que está pasando actualmente con la creciente islamofobia en Europa con la prohibición del uso de cualquier velo en espacios públicos, en especial el burqa y el niqab ; así como la homofobia que siempre se ha vivido y la actual decisión del parlamento de Uganda de aplicar la pena de muerte a los homosexuales.